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Tala, descargas de drenaje y basura, entre otros, los problemas de la presa de Necaxa…Riesgo ecológico tras cierre de LyFC. Basura se acumula en las presas
Juan Galindo, Pue.- El deterioro de la Cuenca Hidrológica de la Compañía de Luz, es la otra cara del decreto de extinción de la empresa, lo que causa preocupación, no sólo entre los electricistas, sino en todos los habitantes de la región serrana.
Por ello la Fundación Fénix para la Preservación Ecológica de la Sierra Norte, lanza una voz de alerta sobre el destino de más de mil 200 kilómetros cuadrados de territorio que abarca la zona de influencia de la Compañía de Luz, entre los que se encuentran miles de hectáreas de bosque protegido, hoy a merced de la desidia.
Los ecologistas señalaron que son la contaminación de ríos y arroyos por descarga de drenajes; cañadas y barrancas por basureros y rellenos sanitarios, además de la clandestina e inmoderada tala de árboles, los principales problemas ambientales que se perciben claramente en esta comarca y que con ello la región septentrional poblana colabora con su granito de arena al calentamiento global que debe ser combatido so pena de una gran catástrofe, como lo han dado a conocer a nivel mundial los científicos.
La urgencia de la recuperación y preservación ecológica de la cuenca hidrológica de la extinta Luz y Fuerza no admite más demora, su colapso por basura, deforestación, baja captación en los mantos acuíferos y la grave contaminación por el agua de los drenajes urbanos que diariamente vierten en el agua alrededor de 100 toneladas de materia fecal urgen a estas acciones, ya que en menos de cinco años podría ser demasiado tarde.
La Cuenca
Con una extensión superior a los mil 200 kilómetros cuadrados de serranía desde donde por medio de túneles, canales, vertederos, manantiales, ríos y arroyos naturales la CLyFC capta el agua que genera un importante porcentaje de la energía eléctrica que abastece el centro del país, la deforestación fuera del área de control de la empresa electricista como son las riberas de las presas y otras áreas donde la conservación del bosque es evidente, el resto es un grave problema que no ha sido atendido y en donde la indiferencia de los tres niveles de gobierno es indudable. Pese a las diversas denuncias sobre tala inmoderada que constantemente aparecen publicados en diversos medios de comunicación, ninguna dependencia actúa de oficio para investigarlas y menos para detenerlas.
De allí la preocupación de que ahora con la extinción de la empresa, las zonas boscosas de la extinta CLyFC serán pasto de la motosierra ilegal y clandestina, blindada por la corrupción de las autoridades.
El problema de los drenajes
El programa de recuperación de la cuenca hidrológica que se comenzó con un Punto de Acuerdo de Alberto Amador Leal en el Congreso del Estado y quedó detenido por parte de los gobiernos federal y del estado, únicamente la Compañía de Luz lo llevaba adelante en un ambicioso programa de reforestación, mismo que es urgente proseguir, aunque en la actualidad ante la evidencia de los hechos, fuera del concurso de los trabajadores electricistas se desconoce quién se responsabilizará.
Sin duda es urgente mantener en las mejores condiciones ecológicas posibles los manantiales, ríos y arroyos que descargan en las cinco presas propiedad de la empresa cuyas aguas finalmente confluyen en la presa de Necaxa, ya que la descarga de drenajes a ríos de agua limpia terminaron por convertir en cloacas los cauces de aguas limpias.
En estas presas que forman la cuenca hidrológica de la CLyFC, existen diferentes grados de contaminación; sin embargo, es la presa de Necaxa, entre los municipios de Huauchinango y Juan Galindo, la que acusa el más elevado grado de contaminación donde los análisis microbiológicos han detectado la presencia de bacterias coliformes que son un verdadero riesgo para la salud de las personas que se atreven a nadar en esta agua que, vale decirlo, ya nadie en su sano juicio se atreve a sumergirse en esta pestilencia, donde los cauces de los ríos arrastran cerca de cien toneladas de materia fecal que han terminado por convertir a este embalse en el mayor depósito de detritus de la sierra norte.
El decreto de 1938
Cabe mencionar que la Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa fue establecida desde 1938 por decreto del entonces Presidente de México, General Lázaro Cárdenas del Río, con el reconocimiento tácito de la permanencia de los bosques de esta comarca como elemento fundamental.
Esto para determinar el régimen constante de los manantiales y arroyos, cuyas aguas son aprovechadas por la CLyFC en las obras hidráulicas destinadas a la producción de energía y luz eléctrica que proporciona alumbrado a la Ciudad de México y a una gran parte del país, así como provee energía eléctrica para diversas industrias y agua limpia en la recarga de los mantos acuíferos para cientos de miles de serranos.
Por lo que con base en todo esto, el decreto de 1938 estableció como área protegida una zona comprendida a partir del cerro de Zempoala en el municipio de Chiconcuautla como punto de inicio y de allí en línea recta hacia el poblado de Zempoala y luego quiebra hacia el cerro de Cuachichiquila y el cerro de Talchaloya hasta llegar al paraje conocido como Agua Linda en el río Los Reyes de la vecina población de Acaxochitlán en el estado de Hidalgo, para luego trazar una línea imaginaria hacia el cerro de Matlaluca en Huauchinango y continúa hacia el poblado de Patla en el municipio de Zihuateulta, para de allí nuevamente ir hacia el cerro de Zempoala, en donde se inició este recorrido; sin embargo, los ecologistas consideran que en la actualidad hay que ir más allá de estas fronteras y ampliar su influencia.
La vigencia
En el año 2002 la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, en coordinación con la CLyFC realizó una serie de estudios y análisis con base en los cuales se ha determinado que las condiciones que dieron lugar al establecimiento de la zona protectora forestal no se han modificado sustancialmente, por lo que son vigentes los propósitos, mediante los cuales se estableció el decreto de entonces y corresponden a los objetivos señalados en la Ley de Ecología.
Por sus características, la zona protegida forestal es congruente con lo que estipula el artículo 53 del ordenamiento jurídico de referencia, desde el 12 de julio del año 2002 se expidió el decreto en el que se confirma a esta comarca con la denominación de "Área de Protección de Recursos Naturales, Zona Protectora Forestal, Vedada Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa".
Sin embargo no es respetado y existe tala, aparte de ilegal, inmoderada y clandestina, carente de toda planeación, para sólo usufructo de talamontes y autoridades corruptas que lejos de atender el problema lo soslayan.
Hoy, a la luz de un decreto que ordena la extinción de una empresa hidroeléctrica con más de un siglo de existencia, encargada del mantenimiento de esta área de bosques, la incertidumbre se apodera de la comarca y se avizora un futuro de caos y devastación ecológica.
Esto se viene a sumar al pésimo manejo de rellenos sanitarios como el de Huauchinango, altamente contaminante, el tiradero al aire libre de Xicotepec y de 18 municipios serranos más, la tala inmoderada en los bosques de pino en la sierra alta y maderas preciosas en la sierra baja, explotación de materiales pétreos por doquier, arena y materias primas, cuyo impacto ambiental es evidente, además de convertir los cauces de ríos de agua limpia en cloacas por la descarga de drenajes provenientes de las poblaciones de la sierra poblana alta y el estado de Hidalgo.
El Sol de Puebla
Alejandro Castelán
Juan Galindo, Pue.Miércoles 04 de noviembre de 2009
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