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19 de enero de 2010

Llamamiento a la izquierda poblana. Enero 2010

La izquierda en Puebla, como en todo el país ha contado con principios políticos que no son otra cosa que el conjunto de valores que colectivamente ha construido a través de la historia. La identificación con los pobres y sus luchas, la transformación del sistema capitalista por otro que imponga la democracia, la igualdad política, económica y social, la distribución equitativa del ingreso, que elimine la corrupción, que preserve el medio ambiente y rescate la dignidad ciudadana, la tolerancia y la libertad del ser humano para hacer lo que decida con su cuerpo, sus preferencia religiosas, educativas, culturales, sociales y económicas. Estos principios políticos son colectivos, orientan las estrategias y dan cuerpo a los documentos básicos de los partidos.

Otro de los compromisos primordiales es el ideológico y programático, que fija con claridad los sustentos del compromiso político unitario. La izquierda es anticapitalista y en particular anti neoliberal y propone una transformación socioeconómica, política y cultural no capitalista, de liberación nacional, nacionalista, democrática y socialista. La lucha de la izquierda debe pasar por la toma del poder y la fuerza de su proyecto de transformaciones democráticas.

La credibilidad de este proyecto y del compromiso de las fuerzas unidas en un frente, está en la viabilidad de estas propuestas y en el compromiso de lucha por lograrlas en plenitud, desde ese trabajo unitario. Para la realización del programa, se requiere una estructura organizacional amplia y desde la bases, que ponga en práctica el programa y el compromiso de los miembros del Frente.

En México, la oligarquía ha logrado crear un gran frente partidario que le ha permitido preservar el poder con diferentes siglas y un sistema jurídico, económico y electoral que le garantiza sus triunfos, aunque no su legitimidad y reconocimiento popular. Pretenden prolongar su dominio por otros 50 años con iniciativas como las leyes de la familia, que se impulsó en un acuerdo con la iglesia; la reelección y la segunda vuelta, garantizando que las reformas hasta ahora han impuesto no sean modificadas y por otro lado, garantizar que no pueda llegar a gobernar la izquierda en un posible triunfo electoral como ya lo hizo con Cuauhtémoc Cárdenas o Andrés Manuel López Obrador.

La alianza PRI y PAN, desde el gobierno de Miguel de la Madrid, ha impuesto sus reformas legales y las ha consolidado con Carlos Salinas de Gortari y el gobierno del PAN. Para ello ha utilizado a diversos aliados en contiendas electorales y en las cámaras. Ahora se encuentran en una franca crisis, que le impide detener al narcotráfico, una de sus más grandes creaciones; que acrecienta la deuda pública y la pobreza, que no garantiza el crecimiento económico, el desarrollo social, la educación y la cultural, que depreda el medio ambiente.
Para sostenerse, Felipe Calderón necesitó ceder ante las presiones del PRI, lo cual se tradujo en un fortalecimiento del PRI hasta colocarlo en la primera fuerza. Esta es principalmente responsabilidad del PAN y la presidencia de la República que salvó al "góber precioso" y le inyectó 51 mil millones de pesos de recursos federales al gobierno de Mario Marín en 2009. Ahora no tiene más que pagar el precio.

En la presente coyuntura electoral en Puebla, los intereses económicos y de poder se están enfrentando, por lograr la hegemonía y el control absoluto de las ganancias. Por un lado, el grupo emergente de Mario Marín que ha desplazado a los viejos grupos políticos y que sostenían un acuerdo histórico con la iglesia y los empresarios que ha construido un nuevo polo de poder económico y político con los empresarios emergentes sobre todo a partir de la industria de la construcción, inmobiliaria, financiera, transportista y el capital extranjero principalmente exportador.
Por otro lado, alrededor de Rafael Moreno Valle Rosas se han reaglutinado los grupos económicos desplazados y otros que no han podido avanzar, a pesar de los múltiples acuerdos que han tomado con el grupo marinista, desde los grupos locales hasta con el presidente de la República.

Ante la ausencia de un acuerdo Marín-Calderón, el enfrentamiento es inminente, el cual seguramente polarizará a la sociedad poblana. En esta lucha, el grupo marinista tiene el control burocrático institucional, principalmente de los medios de comunicación y del aparato electoral, que le da ventajas sobre su oponente. Una alianza multiclasista y plural, con miembros del PRD, de la sociedad civil y de otros partidos, puede ser un atractivo para que el grupo de empresarios alrededor de Moreno Valle avance. La imposición de esta alianza entre el PAN, PRD, PT y P convergencia a la que se seuma la alianza ciudadano, pretende un proyecto de argo plaza para desplazar a la izquierda y sostener el proyecto neoliberal.

En este contexto, la izquierda no puede más que ratificar sus principios políticos y puede avanzar, con seguridad, enarbolándolos con fuerza, organizándose en un gran frente que denuncia este enfrentamiento entre empresarios y proponiendo un gran proyecto de transformaciones democráticas basadas en primer lugar en un compromiso estratégico de unidad de la izquierda a largo plazo que pasa por las elecciones presidenciales del 2012 y que requiere iniciar en este año con prácticas políticas de compromiso ideológico y político. Lo primordial de este proyecto unitario pasa por incorporar al más amplio espectro de las organizaciones y ciudadanos de izquierda, democráticas, progresistas, independientes y de compromiso social, que nos permitan construir un gran frente.

Llamamos a los grupos políticos y sociales, a estudiantes, trabajadores, amas de casa, jóvenes a impulsar una fuerte organización desde la izquierda y combatir al polo oligárquico del PRIAN que se consolida con el apoyo de otras fuerzas pragmáticas en Puebla.

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