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7 de julio de 2013

Samuel Malpica | e-consulta.com | Periódico Digital de Noticias de Puebla| México 2013 |


Samuel Malpica


  • Ricardo Morales

Samuel Malpica. La primera vez que oí hablar de Samuel Malpica Uribe fue en el año de 1988, yo tenía 17 años y era estudiante del segundo año, en la prepa Alfonso Calderón Moreno, turno vespertino.
Mi maestro de matemáticas Porfirio Toxqui, apoyaba para rector al maestro Alejandro Pedroza, el que según, era el creador del robot llamado "cuco el guapo", una maravilla tecnológica de ese entonces.
Eran los tiempos, de la universidad crítica, popular y de masas, así se definía la máxima casa de estudios y su lema era que los hijos de los obreros y campesinos tengan acceso a la educación. Eran los últimos años del comunismo, en 1989 caería el muro de Berlín y marcaría el inicio del fin del socialismo en la Europa del este.
Mi maestro Porfirio Toxqui a su vez, se postuló para director de la Prepa, las panillas antagónicas estaban encabezadas entre otros por Samuel Malpica Uribe, José Doger Corte y Ricardo Moreno Botello, entre otros, se acaba la etapa de Alfonso Vélez Pliego al frente de la máxima casa de estudios y su grupo se había divido, eso le daba la ventaja a Malpica, quien finalmente triunfo y se convirtió en rector de la UAP, en la calderón ganó Toxqui.
Su rectorado se da en el marco de otro movimiento social sumamente importante, el de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (Upva) 28 de octubre, al frente de este grupo estaba el carismático dirigente, Rubén Sarabia Sánchez, mejor conocido como "Simitrio".
Eran los años en que en Puebla gobernaba el guerrerense Mariano Piña Olaya, un auténtico represor, el cual aplastó todos los movimientos sociales de la época, como el de los campesinos despojados de sus terrenos en Ocotlán para la ampliación de Volkswagen y en donde falleció un campesino durante el brutal desalojo realizado para quitarles sus tierras. Ahí cobró celebridad, el mayor José Ventura Rodríguez Verdín, cuya "rudeza" policiaca hizo celebre.
Volvía escuchar el nombre de Samuel Malpica en 1989, cuando afuera del edificio Carolino, en plena plaza de la democracia, fue asesinado Miguel Antonio Cuéllar, profesor de la facultad de lenguas de la máxima casa de estudios, quien recibió un balazo en la cabeza la tarde del 22 de diciembre de ese año, había acudido a cobrar su aguinaldo, cuando un grupo armado que había tomado el control de la universidad con el visto bueno del gobierno para desestabilizar a Malpica, disparo lesionando al trabajador universitario, quien murió en forma instantánea. La suerte de Malpica estaba echada.
Por cierto, que los periodistas que mejor podrían hablar del tema porque conocieron directamente al asesinado exrector, son el ya fallecido Oscar Victoria, quien dio cuenta de todo lo que ocurría en la máxima casa de estudios, Francisco Sánchez Nolasco hoy reportero de Intolerancia, quien incluso tenía cercanía con Malpica, Fermín Alejandro García Hernández hoy jefe de redacción y columnista de la Jornada de Oriente, Socorro Garate, en ese entonces reportera de Tribuna, Pilar Bravo Martínez y el hoy director de Comunicación Social, Fernando Alberto Crisanto.
En 1991 yo comenzaba hacer mis pinitos en el periodismo y como chalán de Pilar Bravo acompañe a Oscar Victoria, al Centro de Readaptación Social de Puebla, para ver rendir su declaración a Samuel Malpica, detrás de la rejilla de prácticas, nunca olvidaré su rostro.
Eduardo Jean Pandal tomó el control de la máxima casa de estudios y luego José Doger Corte se hizo cargo de la universidad. Atrás quedaron los años de la universidad crítica, popular y de masas, el proyecto Minerva y la mano férrea de Manuel Bartlett Díaz, dieron paso a la nueva casa de estudios, la de la "excelencia académica".
No se trata de beatificar a Malpica, paradójicamente siempre que alguien muere se convierte en mejor persona de lo que era en vida, pero esto es parte de lo que yo viví a finales de la década de los ochentas y principios de los noventas, en la Puebla levítica, la de los Ángeles y de los Demonios.
¿Qué va a pasar con la UAP?  La gran pregunta que hoy nos debemos hacer todos, es ¿Qué va a pasar con la Universidad Autónoma de Puebla?
La muerte de Malpica tampoco puede dejarse de enmarcar en la lucha que se puede desatar en próximas fechas al interior de la máxima casa de estudios.
La universidad es vital para mantener la gobernabilidad del estado, así se ha reflejado en la historia política de Puebla, muchos grupos internos están a la espera de que pase el 7 de julio para lanzarse sobre el jugoso botín que representa la UAP, habrá que ver, si no resulta contraproducente la política de polarización que se ha intentado llevar a cabo en contra de la máxima casa de estudios en el estado.
El 4 de julio del 2010. Ayer se cumplieron tres años de que el actual gobernador del Estado, Rafael Moreno Valle Rosas, se alzó con un espectacular triunfo sobre el PRI y Mario Marín al derrotarlo en las urnas con más de 300 mil votos de ventaja.
Mucho se ha dicho y mucho se ha escrito sobre el tema, pero el punto medular estriba en la serie de traiciones que se conjugaron con una muy mala campaña realizada por Javier López Zavala, quien desperdició los 21 puntos de ventaja con los cuales arrancó al inicio de la campaña y que se diluyeron como el agua con el paso de los 90 días de proselitismo.
Dos puntos clave marcan desde mi punto de vista el derrotero de la elección: El desfile del 5 de mayo, cuando la coalición ganadora inundó de propaganda multicolor las calles de Puebla y posteriormente, cuando en junio justo a las afueras de la secretaria de Finanzas en plena explanada, Moreno Valle dirigió hacia sus huestes el famoso discurso del "yo no le tengo miedo a Mario Marín" y se convirtió en el auténtico héroe de la película, al convertir la elección en un referéndum al marinismo.
El posterior debate y el lleno en el estadio Cuauhtémoc solo confirmaron lo que ya se veía.
Ricardo Morales Sánchez 
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