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Alfonso Esparza y la punzada de la política
01/10/13
Por Erika Rivero Almazán
En esta semana el nombre de Alfonso Esparza Ortiz será un nombre muy traído y llevado.
Y no solo en los medios de comunicación.
No es para menos.
Será el rector de la Máxima Casa de Estudios durante los próximos cuatro años, es decir, hasta el 2017, convirtiéndose en uno de los tres personajes de mayor peso político en el estado, después del gobernador y del presidente municipal de la capital, claro.
Por eso, es imposible quitarle la enorme carga política que desde este viernes, en su toma de posesión, llevará en los hombros un hombre como Alfonso Esparza, quien pese haber alcanzado esta codiciada posición (primero con el aval de su antecesor Enrique Agüera y después del gobernador Rafael Moreno Valle) siempre se la había estereotipado como un administrador, el hombre de los dineros y de los secretos contables de varios rectores, empezando por José Doger Corte, con quien a la fecha sostiene muy fuertes nexos de amistad, incluso, no será sorpresivo encontrar a varios dogeristas (de Doger Corte) como nuevos colabores del primer círculo de poder universitario.
Pero nunca en el ámbito de la política estatal, escenario en donde se estrenará Alfonso Esparza a partir de este 4 de octubre.
De ahí la interrogante: ¿cómo se manejará uno de los hombres más importantes del estado?
¿Será tentado por el poder?
¿Decidirá incursionar en un puesto de elección popular como sus antecesores?
¿Podrá escapar de los compromisos y amarres que se suelen dar con un partido político en especial?
¿Cómos será con los medios de comunicación, accesible, inaccesible, le gustarán los reflectores?
¿Le atrae una vida de escándalos?
¿De excesos?
Todo apunta a que será un personaje mesurado en la farándula poblana.
El primer paso, tal vez el más duro y complicado, ya lo dio: se divorció de manera tajante de quien lo llevó al poder, Enrique Agüera, y voló ya con sus propias alas.
Para empezar.
Por eso borró (y seguirá borrando) de los principales puestos directivos a todos aquellos que huelan a Agüera.
Otra señal que ya dio Alfonso Esparza es que trabajará con el gobernador, su equipo, y también con el próximo presidente municipal Tony Gali.
Es decir, dio muestras de ser un hombre pragmático.
Sumamente pragmático.
¿Cómo se conducirá en su toma de protesta?, ¿qué mensaje manejará ante el auditorio representado por la opinión pública de Puebla?, ¿asistirán más panistas que priistas?
Señales, señales y más señales.
Y muy importantes.
Porque la primera impresión siempre cuenta.
Publicado por http://periodicodigital.com.mx/
losconjurados76@hotmail.com
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