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18 de febrero de 2014

Un misterio, el secuestro de la subdelegada del IM

Observatorio de medios
Hemeroteca electrónica

Por Enrique Nuñez *


La investigación sobre el secuestro y asesinato de la subdelegada del IMSS Adriana Janette Campos Díaz se ha dado en medio de obstáculos para que los medios puedan informar sobre este lamentable hecho.



En torno a este misterioso caso saltan diversas hipótesis, que van desde un operativo fallido de rescate de la víctima hasta una detención de los delincuentes por grupos ajenos a los grupos policíacos.



Como ya se va haciendo costumbre, hasta el momento no existen posturas oficiales, por lo que salta una serie de cuestionamientos, de los cuales esperamos prontas respuestas. 



¿Por qué la PGJ no informó de manera oportuna de la detención de los ocho presuntos autores de este crimen, relacionados el crimen organizado?



¿Por qué no se dijo el lugar exacto donde fue hallado el cuerpo de la subdelegada del IMSS?



¿Por qué no se dijo dónde y cómo fueron las negociaciones para el pago del rescate, desde el monto, si es que las hubo?



¿Por qué no se dijo qué tiempo tenía de haber muerto la mujer y en qué circunstancias falleció?



¿Por qué no se dijo cómo fueron ubicados los ocho presuntos secuestradores?



¿Dónde tenían su casa de seguridad?



¿Por qué no se informó de cuántas personas secuestraron los detenidos, dónde las secuestraron, cuántos participaron en este crimen, aunque de manera extraoficial se habla de 10?



¿Por qué no se citó a una conferencia de prensa, cuando en realidad se trata de una de las bandas más importantes de secuestradores ligadas al crimen organizado?



Evidentemente, detrás de este secuestro existe total opacidad de la autoridad, la cual de manera inexplicable decidió guardar silencio, pese a que el golpe a esta banda es mucho más importante que la detención y desarticulación de otras bandas de menor peligrosidad.



Y aquí es en donde crece el misterio. ¿Será que algo falló en la investigación del secuestro y el intento de liberar a la víctima? ¿O acaso grupos ajenos a la PGJ ayudaron en la detención de esta banda?



Tengo claro que son simples deducciones, pero no se pueden evitar ante la falta de información oficial.



Por momentos pareciera que nada aprendieron del caso Karla López Albert, donde la falta de claridad en la información provocó un escándalo mediático.



Y, a propósito de Karla, me saltan otras interrogantes: 



¿Cuanto tiempo más necesitará la Procuraduría para determinar la culpabilidad de Manuel Forcelledo?



¿Quieren ganar tiempo para enfriar el escándalo?



¿Donde están los valientes y aguerridos defensores de Karla?



Parecen ser preguntas que terminarán durmiendo el sueño de los justos, sin encontrar respuestas jamás.


* Autor de la columna Contra cara y director del periódico Intolerancia

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