La Historia de esos días

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15 de octubre de 2012

creación de una comisión especial ninis

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Proposiciones

Con punto de acuerdo, por el que se solicita la creación de una comisión especial para estudiar y atender la problemática de los ninis, a cargo del diputado Javier Filiberto Guevara González, del Grupo Parlamentario del PRI
El suscrito diputado, Javier Filiberto Guevara González, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional de la LXII Legislatura, con fundamento en los artículos 79 del Reglamento de la Cámara de Diputados, 22, numeral 2, de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, somete a la consideración de esta honorable asamblea la proposición con punto de acuerdo, para solicitar la creación una comisión especial para el estudio y atención de la problemática de los ninis en México.
Antecedentes y consideraciones generales
No estudian y no trabajan. Son millones de jóvenes en todo el mundo que se encuentran en especie de limbo existencial y que, desafortunadamente, son presa fácil de la delincuencia organizada, el narcotráfico y la violencia.
Este fenómeno es observable a nivel global. En España, por ejemplo, el Instituto de la Juventud local acepta que casi 600 mil jóvenes se encuentran en estas circunstancias. En Argentina las estadísticas oficiales muestran que 20 por ciento de la población de entre 14 y 24 años está catalogada como nini (y lo peculiar es que, al consultarlos, declaran no querer hacer nada).
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, 18 por ciento de los jóvenes uruguayos no estudia ni trabaja; porcentaje semejante se presenta en Brasil (19 por ciento) y Paraguay (21 por ciento). En el Caribe los adolescentes no se quedan atrás, ya que se estima que 20 por ciento tienen la etiqueta de nini, mientras que en Centroamérica la situación es similar: 21 por ciento de la población de 16 a 29 años se inscribe en esta categoría.
El caso de México
Alrededor de 7 millones de jóvenes mexicanos pertenecen a la llamada generación nini; de ellos, aproximadamente 120 mil se encuentran en la capital de la República.
Estas cifras alarman en un país que colecciona lugares conspicuos en temas como violencia, narcotráfico, corrupción y emigración.
La Secretaría de la Defensa Nacional, revela que en los últimos años mil 200 jóvenes han muerto en enfrentamientos suscitados entre los diversos grupos de narcotraficantes que existen en nuestra geografía.
La problemática nini amenaza con constituir, para el mediano y largo plazos, un freno a nuestro desarrollo y, fuente de riesgos sociales e inestabilidad.
Cada año son centenares de miles de jóvenes –y ciudadanos con igual derecho aspiracional– los rechazados por las universidades e instituciones de educación superior públicas. Casi inevitablemente, estos contingentes tienen por destino el desempleo o el subempleo, toda vez que habrán de carecer de calificación laboral; una importante proporción engrosa la multitud que no estudia ni trabaja y que, consecuentemente, habrá de implicar grandes costos para el país.
El doctor José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha subrayado la falta de oportunidades para los jóvenes mexicanos y el riesgo que esto implica, toda vez que muchos chicos creen que involucrarse con las organizaciones criminales, es una manera de trascender socialmente. “Si seguimos confundiendo lo que es el éxito para una persona, si queremos pensar que alguien exitoso es aquel que en menos tiempo hace más dinero, estamos equivocándonos, y eso tiene que ver con el crimen organizado y con la búsqueda de salidas falsas que no llevan a ninguna parte”, ha dicho el máximo representante de la UNAM.
La Dirección Ejecutiva de Tratamiento a Menores del Sistema Penitenciario del gobierno del Distrito Federal, explica que el entorno familiar donde se desarrollan los ninis de México es, en lo general, de total abandono. Dicha falta de supervisión por parte de sus padres, deriva de la necesidad de que ambos trabajen. Esta situación, aunada a la carencia de recursos para que los hijos puedan seguir su desarrollo escolar, promueve el ocio. “De allí a la delincuencia sólo hay un paso”.
Los especialistas coinciden en que el fenómeno nini es problema muy grave; muchos de ellos, viven en condición social de verdadera marginación, discriminación y exclusión social; son personas obligadas a mantener situación forzada de estancamiento frustrante, obligatorio, impuesto, incómodo, improductivo y, por supuesto, angustiante y doloroso. Son jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo pero, sencillamente, no lo logran. Asimismo, están en busca de trabajos y universidades, que hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero sólo reciben negativas.
Es lamentable que esta situación ocurra en una etapa tan delicada de la vida, como lo es el inicio del desarrollo profesional, es decir, la fase donde se originan los primeros proyectos y se trabaja para cumplir los sueños que se han forjado. Los ninis de algún modo, están a la deriva, el camino se obstruye y no tienen ruta hacia ningún lugar cierto; esperan una oportunidad, mientras sus padres comparten su angustia y ansiedad porque no saben qué decisión tomar. Como consecuencia, el fenómeno influye en la autoestima de los muchachos, lo que hace que se sientan deprimidos y desorientados.
Falta de oportunidades de acceso a la educación
La estructura educativa de México es un embudo, por lo que tenemos exceso de oferta en los niveles más bajos de la pirámide poblacional y carencia de recursos, profesores e infraestructura en los niveles más altos. La poca planeación académica nos ha llevado a un escenario que hace imposible ofrecer el servicio de educación superior a todos los jóvenes que lo demandan.
De acuerdo con la asociación Mexicanos Primero, sólo 13 por ciento de los estudiantes que ingresan a primaria en México, concluyen una carrera profesional.
Un ejemplo adicional es el de las cifras arrojadas durante los procesos de selección de ingreso a las licenciaturas que ofrecen las universidades e instituciones de educación superior públicas, en las que más de un 80 por ciento de quienes presentan examen, son rechazados –que no reprobados.
Falta de oportunidades de empleo
En este apartado, México también falla a sus jóvenes. Autoridades y organismos públicos y privados, nacionales e internacionales, saben que deben crearse como mínimo un millón de empleos al año para satisfacer la demanda, cifra muy por arriba de aquellas que registra el Seguro Social.
Los jóvenes suelen ser los primeros sacrificados en los recortes de personal y los últimos considerados en los procesos de reclutamiento.
Ante este análisis somero, cabe preguntarse: ¿Cómo no ha pasado ya algo grave en México? ¿A qué le han apostado los gobiernos? ¿Acaso han considerado que el problema lo resolverá de manera natural el mercado? ¿Cuál es el efecto que habrá de propiciarse con 7 millones de jóvenes y cientos de miles que se suman cada año, en esa condición? ¿Qué estarán haciendo esos muchachos? ¿A qué se dedican? ¿Qué harán? ¿Tomarán las calles?
Afortunadamente, hay actores clave en México, como el coordinador de nuestro grupo parlamentario, el diputado Manlio Fabio Beltrones, que se preocupan por atender, no sólo estas interrogantes, sino la problemática en sí. Durante la legislatura pasada, como senador de la República, propuso la Ley de Fomento al Primer Empleo, que entró en vigor el pasado 31 de diciembre de 2010.
Colofón
En realidad, aún conocemos poco el fenómeno de los ninis. Se trata de un segmento muy especial y sensible de la sociedad, al que debemos atender en forma prioritaria y urgente, pero todavía no tenemos estudios serios que nos permitan saber realmente lo que está pasando con ellos y cómo procesan sus conflictos.
Muchos de estos muchachos viven de la solidaridad familiar, retardan la salida de casa y postergan planes de matrimonio e independencia económica. Algunos, por supuesto, no tiene otra opción más que la migración hacia Estados Unidos.
Otros más, deciden formarse en instituciones de muy baja calidad. Muchos se incorporan al mercado laboral informal, y otros más se inscriben en las filas de la delincuencia organizada y el narcotráfico. Este sector de la población, como lo ha dicho el doctor Narro Robles, “constituye la bolsa de trabajo del narcotráfico”.
Por lo expuesto, se solicita a la honorable asamblea:
Acuerdo
Único. La creación de una comisión especial para el estudio y atención de la problemática de los ninis en México.
Palacio Legislativo, a 18 de septiembre de 2012.
Diputado Javier Filiberto Guevara González (rúbrica)

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