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“… una Escuela Normal es como el tronco del que nacen buenas escuelas elementales, convendrán en que la organización de aquellas está íntimamente conexa con el plan de esta publicación”. La Escuela Normal de Puebla, Carlos A. Carrillo, enero 15 de 1887.
¿Quién decide la organización interna del BINE?
- Luis Hernández M.
Jueves, Julio 11, 2013 - 22:01
“… una Escuela Normal es como el tronco del que nacen buenas escuelas elementales, convendrán en que la organización de aquellas está íntimamente conexa con el plan de esta publicación”. La Escuela Normal de Puebla, Carlos A. Carrillo, enero 15 de 1887.
Luis Hernández Montalvo
Si ahora hacemos esta pregunta; es porque estamos preocupados por los acontecimientos que se ven venir en un futuro inmediato. Si recordamos, en marzo de 1984; un decreto del gobierno federal estableció el grado de licenciatura para los profesores egresados de las Escuelas Normales. Ya han transcurrido prácticamente tres décadas en las que se han sucedido diversas intenciones por reformar el Sistema de Formación Docente Inicial.
En 1997, la Secretaría de Educación Pública impulsó un ambicioso Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académico de las Escuelas Normales. La nueva reforma ignoró los problemas de anteriores intentos; prevaleciendo en el establecimiento de las políticas públicas las visiones estrechas de los grupos de profesores ligados a los intereses de facciones sindicales que se disputan el control de las instituciones y las relaciones laborales ventajosas para los líderes sindicales, sobre todo en el control de las plazas de tiempo completo.
¿Cómo entonces se podrá lograr el cambio en la formación profesional docente? Treinta años han transcurrido y nuestras Escuelas Normales aún no logran formar a los profesionistas que impulsen las reformas y modifiquen las prácticas pedagógicas de los maestros de educación básica en México.
Me preocupa que hasta ahora los profesores egresados de nuestro principal centro formador de docentes en el estado de Puebla; el Benemérito Instituto Normal del Estado, no salgan con los perfiles deseados para su desempeño profesional.
De nada ha servido el intento de la SEP por crear y construir una Política Integral para la Formación y el Desarrollo Profesional de los Maestros de Educación Básica. Tampoco han servido de nada o casi nada; los diagnósticos de los sistemas de formación docente. Han transcurrido treinta años de fracasos institucionales que incluyen a las Escuelas Normales; los Centros de Actualización del Magisterio; los Centros de Maestros; las Unidades de la UPN. En días recientes, el señor Secretario de Educación Emilio Chuayffet decía a los Diputados de la Comisión de Educación y Asuntos Educativos lo siguiente:
-¿Saben cuántos cursos toma un maestro mexicano para capacitarse? Es el número más alto del mundo —probablemente a lo mejor me equivoco en dos o tres—, 45 cursos. ¿Y saben para qué le sirve? Ustedes contestaron. No yo. Para nada.
¿En que han ido a parar todos los esfuerzos por reformar la educación pública en nuestro país? ¿Por qué a pesar de los intentos por transformar las prácticas pedagógicas y educativas de las escuelas, todo ha sido inútil? A finales del siglo XIX, Don Carlos A. Carrillo, el educador mejor logrado en México decía: “… una Escuela Normal es como el tronco del que nacen buenas escuelas elementales, convendrán en que la organización de aquellas está íntimamente conexa con el plan de esta publicación”.
Todo ha fracasado: las reformas de transformación institucional de las Escuelas Normales por decreto; las reformas a los planes y programas de estudio de las Escuelas Normales y de las Escuelas de Educación Básica; los intentos vanos por transformar a las Escuelas Normales en Instituciones de Educación Superior. Lo mismo es en las instituciones públicas como también comparten esta responsabilidad las Universidades e Institutos o centros educativos particulares y de las que ofrecen servicios educativos de licenciatura, cursos de actualización, diplomados, maestrías y doctorados. ¿Y las reformas al Artículo 3º Constitucional? ¿Y los reglamentos y leyes secundarias?...
¿Cómo entonces se pretende evaluar a los maestros de Educación Básica y Media Superior de acuerdo a los requisitos de la Ley General de Servicio Profesional Docente? ¿Qué institución o instituciones, públicas o privadas están formando a los maestros que reúnan el perfil requerido para el ejercicio de la docencia y responda a las exigencias y requisitos en los exámenes de ingreso, promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio público educativo?
Aquí está un ejemplo. En los próximos días, el Benemérito Instituto Normal del Estado tendrá un nuevo director general. Para su nombramiento no existe una convocatoria pública de la administración educativa local. Los secretarios generales delegacionales y el Secretario General de la Sección 51 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación vienen realizando una consulta interna en la que solo piden un currículum vitae en el que se privilegia la militancia sindical y no los méritos académicos si es que los hay.
El próximo 15 de septiembre el BINE cumple su 134 Aniversario y hay quienes creemos que llegó la hora de que los profesores de todo el Instituto pasemos de nuestro inmovilismo a un periodo de reflexión y propuesta para exigir que la Administración de la Secretaria de Educación Pública convoque a los maestros que crean tener los méritos suficientes para dirigir a nuestra Escuela, con la posibilidad de construir un Programa con sus tres funciones sustantivas de: docencia, investigación y difusión de una nueva cultura pedagógica para transformar a la Escuela Pública Poblana.
¿De quién es la responsabilidad de designar a los directores de las Escuelas Normales y demás Instituciones de Formación Docente? ¿La SEP o el SNTE?
Desearía que los líderes del SNTE contribuyeran al rescate del BINE, que fueran un factor para elevar su prestigio y dignidad, que eleve la moralidad de los educadores de los que ellos son sus representantes. Dejar a un lado la corrupción y la simulación en el funcionamiento de los colectivos para darles su justa representación, que sea apenas el inicio de una nueva cultura académica y sindical, para que las reformas no borren o nulifiquen a las instituciones y a la representación de los trabajadores.
¿Hasta cuándo vamos a esperar para que la SEP local construya y articule un verdadero Sistema Estatal de Formación Inicial, Actualización, capacitación, Superación e Investigación? ¿Hasta cuándo prevalecerán los mecanismos inerciales heredados del siglo pasado? ¿Hasta cuándo hay que esperar para que los “Cuerpos directivos de las direcciones estatales, elegidos mediante procedimientos colegiados y bajo lineamientos académicos rigurosos? ¿Hasta cuándo? (12-07-2013)
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