La Historia de esos días

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15 de septiembre de 2009

El paquete económico de 2010

La Jornada de Oriente
ARTURO HUERTA GONZÁLEZ
El gobierno federal ha planteado un paquete económico de restricción del gasto público y de incremento de impuestos para 2010, para disminuir el bache fiscal que se presenta ante la reducción de los ingresos petroleros y la captación tributaria que están llevando al déficit fiscal. Como el gobierno está preocupado por ser bien visto por las calificadoras internacionales, no quiere trabajar con gasto público deficitario que vaya a ocasionar presiones inflacionarias y sobre el tipo de cambio que pueda afectar al capital financiero internacional. De ahí que plantea trabajar con un déficit de 0.5 por ciento para 2010. Mientras Estados Unidos está trabajando con déficit fiscal arriba del 10.0 por ciento para frenar su recesión y reactivar su economía, en nuestro país se restringe el gasto y se incrementan impuestos para evitar caer en fuerte déficit fiscal. Se opta por bajar la inflación y evitar presiones sobre el tipo de cambio para favorecer al capital financiero internacional, no obstante que tal política pasa a restringir la demanda y a actuar en forma pro–cíclica, ya que a la caída de exportaciones, de las remesas y de la entrada de capitales, se le suma la restricción del mercado interno, lo que vendrá a ahondar la contracción de la actividad económica, a aumentar el desempleo y a deteriorar más el ingreso de empresas e individuos. Ello acentuará el problema de carteras vencidas, lo que desestabilizará al sistema bancario y nos llevará a otra crisis bancaria, la que demandará rescate fiscal, en un contexto donde las finanzas públicas no tienen condiciones de encarar otro rescate bancario.
El gobierno mexicano, en vez de instrumentar una política contra–cíclica para contrarrestar la disminución de las exportaciones y de la entrada de capitales, su preocupación sigue siendo la de quedar bien con en capital internacional, y no responder a los reclamos nacionales de crecimiento de empleo y de bienestar de las grandes mayorías del país.
Se plantea avanzar en las reformas estructurales. Se insiste en la reforma laboral para reducir las prestaciones y el costo laboral, bajo el supuesto que ello atraerá inversión extranjera para producir para el mercado externo y así incrementar exportaciones. Insisten en una estrategia de crecimiento hacia fuera que no ha dado cierto para el país, pues el crecimiento de exportaciones no ha dinamizado la industria nacional, ni el empleo, ni ha aminorado el déficit comercial externo. Además, no se dan cuenta que no hay ninguna perspectiva de crecimiento hacia el mercado externo, dado que se encuentra contraído por la recesión económica mundial, de la cual no se saldrá fácilmente.
Asimismo, se plantea una segunda reforma energética, en la perspectiva de bursatilizar a Pemex; es decir, se pretende emitir acciones a fin de obtener financiamiento para la inversión y expansión de dicha industria, lo que implicará su privatización, y trasladar al sector privado la renta petrolera, lo que terminará mermando más los ingresos propios de dicha industria, así como los que percibe el gobierno para su propio financiamiento. El gobierno está urgido de entrada de capitales para incrementar reservas internacionales, tanto para mantener estable el tipo de cambio a favor del capital financiero, como para financiar el déficit externo y mantener nuestra inserción en el proceso de globalización en que estamos. A ello nos lleva el modelo económico predominante. A depender más y más de la entrada de capitales y a la consecuente extranjerización de la economía, para a través de ello atraer capitales para financiar nuestra inserción fallida en el proceso de globalización.

En vez de revertir el modelo económico predominante, la salida del gobierno es profundizar e insistir en mayores reformas estructurales de orientación de mercado para ampliar la esfera de influencia del capital internacional en nuestra economía, sin que ello se traduzca en mayores condiciones de crecimiento y de empleo, sino en mayores niveles de control por parte de ellos de los sectores estratégicos de alta rentabilidad, apropiándose así de la riqueza nacional.
No se puede aprobar el Paquete Económico del Gobierno para 2010, pues vendrá a profundizar la crisis y a incrementar el desempleo y la miseria, así como la extranjerización de la economía. El modelo económico predominante es insostenible económica y políticamente, pues no genera condiciones endógenas de acumulación y crecimiento, sino nos lleva a mayor destrucción de la capacidad productiva, a mayores presiones sobre el sector externo, a mayor desempleo y miseria, lo que se traducirá en descontentos político sociales que conllevarán a estallidos sociales que comprometerán la estabilidad social del país. Hay que decir no a las políticas económicas de libre comercio y de estabilidad macroeconómica que favorecen a los dueños de dinero, y que nos han llevado a la crisis de proporciones que enfrentamos. De insistir en lo mismo, es ahondar los problemas económicos, políticos y sociales que enfrentamos.

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