Fernando Pérez Corona
PUEBLA, Pue. No sólo su estrambótica forma de vestir resalta en el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Enrique Agüera Ibáñez, sino también su constante intención de demostrar el crecimiento acelerado de su fortuna, después de formar parte de la clase media baja en su natal Poza Rica.
Con cinco años al frente de la máxima casa de estudios y recientemente electo para seguir en el cargo hasta 2013, el ex director del Instituto Estatal de Administración Pública tiene una casa en La Vista Country Club, donde el metro cuadrado está valuado en dos mil dólares; además de otras propiedades entre las cuales destaca una finca de casi dos hectáreas en la zona del Oasis, cerca de la presa de Valsequillo.
El ex director de la Facultad de Administración de la BUAP, quien actualmente tiene un sueldo de 60 mil pesos mensuales, también tiene viviendas en Veracruz y Acapulco, y otras en Angelópolis, en el fraccionamiento El Encanto y en la colonia Barrio de Arboledas, las cuales están registradas a nombre de sus familiares y amigos.
En su patrimonio también están incluidos varios automóviles de colección, además de otros vehículos de lujo que maneja personalmente, bajo la vigilancia de un grupo de guardaespaldas.
Usa aviones y helicópteros, sobre todo desde el aeropuerto de Toluca, para viajar a Estados Unidos y a playas mexicanas, según las bitácoras de vuelo.
En este tiempo, prácticamente ningún medio de comunicación ha criticado al maestro en administración de empresas, como consecuencia de los más de 200 millones de pesos que cada año destina en publicidad a los medios de comunicación locales, que optan por resaltar la inclusión de Agüera en la lista de los líderes mexicanos con mayor influencia, su participación en convivios al lado del gobernador del Estado de México y sus “maratones de obra”, que consisten en inaugurar muchos trabajos en un día.
Un reportaje de la revista Contralínea (de junio de 2006) parece el único antecedente de periodismo crítico contra él. La publicación informó que poseía “un conjunto de 20 condominios en Playa del Carmen (…); un edificio nuevo de dos mil 500 metros cuadrados en un terreno de cinco hectáreas para albergar en Veracruz el campus de una de sus universidades; otro terreno de diez mil metros cuadrados en la reserva territorial Atlixcáyotl para edificar el nuevo campus de la Universidad de Oriente; un condominio en las torres Argents de Angelópolis y un motel”.
Cuando esa edición de Contralínea llegó a los puestos de periódicos, los ejemplares fueron adquiridos por personal de la Rectoría.
Los ingresos de Agüera como rector representaron, entre 2004 y 2009, menos de 3.5 millones de pesos, cantidad que ni siquiera le permitiría pagar una décima parte de sus propiedades; sin embargo, la austeridad sólo es aplicada en la BUAP, porque su vida personal ostentosa es evidente desde su forma de vestir hasta sus fiestas particulares, dignas de los nuevos ricos.
PUEBLA, Pue. No sólo su estrambótica forma de vestir resalta en el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Enrique Agüera Ibáñez, sino también su constante intención de demostrar el crecimiento acelerado de su fortuna, después de formar parte de la clase media baja en su natal Poza Rica.
Con cinco años al frente de la máxima casa de estudios y recientemente electo para seguir en el cargo hasta 2013, el ex director del Instituto Estatal de Administración Pública tiene una casa en La Vista Country Club, donde el metro cuadrado está valuado en dos mil dólares; además de otras propiedades entre las cuales destaca una finca de casi dos hectáreas en la zona del Oasis, cerca de la presa de Valsequillo.
El ex director de la Facultad de Administración de la BUAP, quien actualmente tiene un sueldo de 60 mil pesos mensuales, también tiene viviendas en Veracruz y Acapulco, y otras en Angelópolis, en el fraccionamiento El Encanto y en la colonia Barrio de Arboledas, las cuales están registradas a nombre de sus familiares y amigos.
En su patrimonio también están incluidos varios automóviles de colección, además de otros vehículos de lujo que maneja personalmente, bajo la vigilancia de un grupo de guardaespaldas.
Usa aviones y helicópteros, sobre todo desde el aeropuerto de Toluca, para viajar a Estados Unidos y a playas mexicanas, según las bitácoras de vuelo.
En este tiempo, prácticamente ningún medio de comunicación ha criticado al maestro en administración de empresas, como consecuencia de los más de 200 millones de pesos que cada año destina en publicidad a los medios de comunicación locales, que optan por resaltar la inclusión de Agüera en la lista de los líderes mexicanos con mayor influencia, su participación en convivios al lado del gobernador del Estado de México y sus “maratones de obra”, que consisten en inaugurar muchos trabajos en un día.
Un reportaje de la revista Contralínea (de junio de 2006) parece el único antecedente de periodismo crítico contra él. La publicación informó que poseía “un conjunto de 20 condominios en Playa del Carmen (…); un edificio nuevo de dos mil 500 metros cuadrados en un terreno de cinco hectáreas para albergar en Veracruz el campus de una de sus universidades; otro terreno de diez mil metros cuadrados en la reserva territorial Atlixcáyotl para edificar el nuevo campus de la Universidad de Oriente; un condominio en las torres Argents de Angelópolis y un motel”.
Cuando esa edición de Contralínea llegó a los puestos de periódicos, los ejemplares fueron adquiridos por personal de la Rectoría.
Los ingresos de Agüera como rector representaron, entre 2004 y 2009, menos de 3.5 millones de pesos, cantidad que ni siquiera le permitiría pagar una décima parte de sus propiedades; sin embargo, la austeridad sólo es aplicada en la BUAP, porque su vida personal ostentosa es evidente desde su forma de vestir hasta sus fiestas particulares, dignas de los nuevos ricos.