Observatorio de medios
Hemeroteca electrónica
Recordando al maestro Fernando Ramírez Osorio.
Luis Ortega Morales
Desde siempre, en todos los momentos de la lucha universitaria contra los fúas, los grupos priistas, en la construcción del STAUAP, recuerdo al maestro Ramírez Osorio.
Platicaba mucho con él en el portal Hidalgo, el que frecuentaba para tomar café..
En el sindicalismo, él fue delegado por la sección de la Escuela de Arquitectura y muchas veces tuvimos que enfrentar a los oportunistas.
Ambrosio Guzmán nos relata que en 1961, cuando el rector Guerra suspendió las clases y poco después cuando un grupo de estudiantes tomaron el edificio Carolino y decidieron continuar las clases, los maestros identificados con los fúas, que en Arquitectura eran la mayoría, dejaron de asistir. Fueron sustituidos con muy pocos maestros que daban todas las clases, entre ellos estaban el ingeniero Héctor Gómez Calzada y el maestro Fernando Ramírez Osorio. Junto con otros resistieron hasta la llegada de nuevos profesores, algunos provenientes del Poli, entre ellos Joell Arriaga Navarro.
Una vez que ser45 retornó a clases en noviembre de 1961, los estudiantes carolinos -que eran la mayoría- no asistían a clases de los maestros fúas y se concentraban con quienes se mantuvieron en la lucha.
Desde entonces la lucha continuó y siguió después contra el garibayismo, impulsado por Díaz Ordaz y Aarón Merino Fernández, contra el santillanismo cobijado por Luis Echeverría y Rafael Moreno Valle y los ataque de Raúl Méndez Morales, creado por la Junta Adminsitrativa, Luis Echeverría Álvarez y la derecha poblana. En todas esas estuvo presente el maestro Ramírez Osorio.
Con el maestro Ramírez Osorio, tuve otro acercamiento a través de mi hermano Andrés, pues con él compartió experiencias en su trabajo artístico. Mi hermano , pintor, trabajó junto con el maestro Ramírez Osorio y coincidimos en varios eventos, reencontrándonos.
Siempre mantuvo una postuira firme, crítica e independiente.
Lo invité a varios eventos, entre ellos el del 50 aniversario del movimientos de 1961. Ya estaba muy enfermo y no pudo asistir. Me comprometí con él para hacerle una entrevista. Ahora me arrepiento de no haberla hecho, pero no tenía cámara, ni quien me ayudara. Para eso se requieren recursos y la Universidad no me proporcionó los medios para lograrlo.
Es una pena que la UAP no tenga una pólítica para el rescate de la memoria histórica. Le comenté personalmente al rector Alfonso Esparza mi preocupación por hacer entrevistas a los universitarios y que la Universidad diera un seguimiento a estos ilustres trabajadores, profesores y profesionistas porque se están muriendo.
Lo que mínimamente se merecen aquellos que demostraron su compromiso con el desarrollo de la UAP, es que en su muerte se les reconozca su aporte, pero eso requiere una política que no ha existido, ni existe en la UAP, del rescate de la Memoria Universitaria.
Rescatar la memoria histórica universitaria es una de las tareas pendientes que tiene la Universidad y una deuda con los universitarios.
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