Este jueves se publicó en Animal Político un interesantísimo análisis sobre el extraño, y contradictorio, comportamiento de los votantes poblanos entre los comicios de 2018 y las elecciones extraordinarias de este domingo.
La investigación a cargo de la organización Data Cívica llega a las mismas conclusiones que este reportero le ha expuesto en sus tres últimas entregas “De odiosas comparaciones electorales y espectaculares auditorías”, “Operadores priístas, la clave del triunfo electoral de Barbosa” y “Atipicidades electorales o pistas para mal pensados”, pero a partir de analizar el comportamiento de secciones electorales urbanas y ruralesentre una elección y otra.
La primera situación atípica que detecta la investigación de Data Cívica es que las zonas rurales que repudiaron a Barbosa en 2018 ahora lo abrazaron.
En los comicios de gobernador del año pasado, Miguel Barbosa sólo triunfó en el 24% de las secciones rurales, sin embargo en las extraordinarias del domingo lo hizo en el 74% de ellas.
Cito textualmente el reporte: “La votación muestra una especie de elección espejo porque se ve muy parecida a la del año pasado, pero al revés. Mientras en 2018, Morena aventajó en las zonas urbanas y aflojó en las rurales, este año pasó justo lo contrario”.
En las elecciones extraordinarias del domingo el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia no sólo consiguió que las secciones rurales que en 2018 votaron por su antigua rival Martha Erika Alonso, hoy lo hicieran por él pero con un pico adicional de diez puntos, para llegar a un 74%.
El sospechoso viraje de los votantes poblanos en menos de un año, es otra situación atípica que destaca el estudio.
Las mismas secciones que hace un año apoyaron a la esposa de Rafael Moreno Valle este año fueron aliadas de Miguel Barbosa. En 2018, Martha Erika Alonso ganó 729 secciones rurales. De éstas, 72% le pertenecieron este año al abanderado de Morena y sólo 9% se quedaron con el candidato del PAN, PRD y MC, Enrique Cárdenas. “Siete de cada diez secciones electorales rurales que habían rechazado a Barbosa en 2018 decidieron apoyarlo este año”.
El efecto no fue el mismo en las zonas urbanas. De las 655 secciones que ganó Alonso el año pasado, sólo 32% votó el domingo por Barbosa y, en cambio, 65% de esas secciones las mantuvo el ex rector de la UDLAP.
El abstencionismo es otra circunstancia atípica que en este proceso benefició a Morena y su candidato Miguel Barbosa.
Pese a que la participación se ubicó en 33.41%, en las secciones rurales fue mayor que en las urbanas.
En consecuencia, en 2019 los partidos obtuvieron en las zonas urbanas, la mitad de los votos que captaron en 2018. Mientras que en zonas rurales obtuvieron el 62% de los votos que computaron en 2018.
La votación que en las elecciones extraordinarias del domingo alcanzaron el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo es otra situación atípica que resalta el reporte de Data Cívica.
En las zonas rurales, el PVEM obtuvo 28% más votos este año que en 2018 y el PT 25% más, no obstante que la participación de los electores en las elecciones extraordinarias fue de casi la mitad.
“Si los números de esos partidos hubieran disminuido lo mismo que en promedio disminuyeron los demás partidos, Miguel Barbosa hubiera obtenido alrededor de 75 mil votos menos. Es decir, hubiera ganado con el 40% de la votación, en vez del 44%, quedando sólo 7 puntos arriba de Enrique Cárdenas”.
Hasta aquí las conclusiones del análisis.
Ahora le pregunto: ¿De verdad los fraudes electorales ya se acabaron en Puebla, como asegura el presidente Andrés Manuel López Obrador?
Conste que es pregunta.
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