No olviden a Malpica, como olvidaron a Toño Haces
Escrito por Javier Arellano RamírezLo último
La tarde del miércoles 15 de agosto de 2012 Puebla se conmocionó ante la ejecución de Antonio Haces D'Artigues. El empresario y Secretario de Finanzas del PRI cayó bajo las balas de la delincuencia en un estacionamiento de la Avenida Juárez.
Aún no está comprobado que se tratara de un robo. Todos los datos arrojan que se trató de una ejecución. Durante semanas se insistió en la hipótesis del robo, sin embargo ese argumento nunca se pudo confirmar.
Los atacantes de Toño Haces actuaron de forma directa, con la clara intención de privarlo de la vida. De acuerdo a comandantes policiacos fue una ejecución.
En esos días las redes sociales fueron testigos de la "indignación social"; todos "protestaron"; clase política, empresarial, universitaria, periodística.
Incluso llegó a hablarse de una "marcha de protesta", de un gran acto luctuoso.
Rostros de propios y ajenos reflejaban la "honda preocupación" y la "rabia" provocada por la creciente delincuencia. Las semanas pasaron y la "indignación ciudadana" se fue diluyendo. Incluso el propio Revolucionario Institucional fue cayendo en la vorágine electorera y se olvidó de su finado Secretario de Finanzas.
La "marcha" propuesta nunca se realizó. Y el acto luctuoso fue terriblemente opaco.
Hace ya casi un año Toño Haces fue privado de la vida y no hay resultados en torno al execrable crimen.
Desde entonces hemos visto como corre la sangre en las calles de Puebla.
Por supuesto, quien quera comparar a la Angelópolis con Ciudad Victoria, Tamaulipas o Saltillo, Coahuila, dirá que vivimos en un paraíso.
Pero esas comparaciones no caben. Puebla solo debe compararse con Puebla.
Debemos ver a la Puebla del 2013 con los ojos de la Puebla de 2009. Solo así se asimila la dimensión, el tamaño de la descomposición social.
Ejecuciones, asaltos, robos, atracos se han vuelto referencia común en esta Puebla insegura.
Toño Haces solo fue uno de los muchos crímenes que ha cobrado esta Puebla violenta.
Y recientes mantas aparecidas en la entidad y estados vecinos nos hacen suponer que esta violencia puede escalar aún más.
La clase política y empresarial poblana siguen viviendo en una "Disneylandia mental", sin darse cuenta que Puebla es el centro de un triángulo fatídico.
Tenemos al oeste al estado de Morelos donde apenas el pasado domingo 30 los ciudadanos salieron a manifestarse contra el gobernador Graco Ramírez por la ola de secuestros que padece la entidad.
Al sureste convivimos con el violento estado de Guerrero.
Y si todo eso fuera poco, al este tenemos al corazón de la guerra contra el Crimen Organizado: Veracruz que es la entidad más violenta del país. Incluso superior que Tamaulipas.
En ese contexto Eduardo Rivera Pérez ha mostrado una frívola indiferencia frente al clima de delincuencia que azota a la Angelópolis.
Y simplemente es indiferente porque no hay grupos sociales que levanten la voz. El Ayuntamiento de Puebla no tiene contrapesos.
En esta Puebla jamás podría hacerse una marcha como la que se vio en Cuernavaca el pasado domingo 30 de junio.
Vivimos en medio de una infame indiferencia social. Todos se quejan de la inseguridad, pero nadie hace algo por expresarse. Todo se queda en la sobremesa.
La noche del pasado martes 2, Óscar Samuel Malpica Uribe ex Rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, cayó abatido por las balas criminales. Los hechos y detalles ya son del conocimiento de la opinión pública.
El ahora candidato Enrique Agüera Ibáñez dio a conocer una carta en la que "condena" el asesinato de Malpica. Empero la expresión del también ex Rector fue desafortunada.
¿Por qué frente a todos los crímenes ocurridos en los últimos años nunca se expresó?
¿Por qué en lugar de hacer un alegato personal, no convocó a los ex rectores para unirse en una gran condena?
Sin duda el reclamo y la demanda de Agüera es legítima. Pero se opaca porque la realiza en un momento inadecuado.
Por supuesto no faltaron los señalamientos de que el candidato del PRI está lucrando políticamente con la muerte de Malpica.
Aquí lo interesante será ver qué tiempo permanece el recuerdo de Malpica entre los universitarios.
Ojala que sea mucho más tiempo que el mostrado por los empresarios y los priístas frente a la Memoria de Toño Haces.
Esperamos que el reclamo de justicia frente al crimen que arrebató la vida a Samuel Malpica no sea olvidado, como pasó con el priísta ultimado.
Ojala no olviden a Malpica, como olvidaron a Toño Haces.
Descanse en Paz Óscar Samuel Malpica Uribe.
Descansa en Paz, Maestro.
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