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Por
la emancipación de la autonomía universitaria
Luis
Ortega Morales
2
de octubre de 2015
La historia moderna de la
Universidad de Puebla, inicia el
4
de abril de 1937, cuando el gobernador del estado Maximino Ávila Camacho
transforma el Colegio del estado en Universidad de Puebla. Con excepción de
breve rectorado del LIc. Horacio Labastida, es la etapa sombría de la UP. El
extremo fue la iniciativa del gobernador general Rafael
Avila Camacho de militarizar la Universidad en 1953, y en 1956,
quiso despojar a la Universidad de Puebla del nivel de Preparatoria
En 1956 se da la lucha por
la autonomía universitaria y su defensa que abarca hasta 1973. La Ley Orgánica de
1963, le dió el ejercicio pleno de la autonomía, otorgándole al Consejo
Universitario el carácter de máxima autoridad y el nombramiento del rector y
los directores de escuelas. Durante el rectorado del Dr. Manuel Lara y Parra y
por iniciativa del rector y del Consejo Universitario, se abrió la enseñanza
universitaria a las amplias capas de la población y se idesarrollaron las segundas
trasformaciones académicas en la enseñanza, la investigación y la fundación de
nuevas escuelas, espués del rectorado de Horacio labastida. Este proceso fue
muy conflictivo, ya que se enfrentaron diversos grupos, primero de la derecha,
específicamente el FUA, la iglesia y los empresarios en 1961-1963, con quien se
disputó el control de la Universidad y dio como resultado el encarcelamiento de
dirigentes como Enrique Cabrera, Zito Vera y Márquez. El FUA fue derrotado
ejemplarmente. En 1964, la Federación de Estudiantes Universitarios y el Consejo
Universitario, encabezaron la protesta contra la represión a los lecheros que,
después de grandes movilizaciones, terminaron con la renuncia del gobernador.
El gobernador interino, Aarón Merino Fernández inició una labor de divisionismo,
de provocacoón y de corrupción, para justificar el golpe al rector Lara y Parra
y la destrucción de la FEEP, con protestas y huelgas de profesores, acciones
pandilleriles de grupos estuiantiles contra otros estudiantes y los comercios
en la ciudad y actos de provocación contra el catolicismo que enardeció a la
iglesia, quien encabezó un fuerte acto de desagravio conra la Universidad.
Estas acciones fueron enfrentadas ernérgicamente por el rector, con expulsiones
de maestros y de los alumnos del grupo santillanisga.
En 1966-67, después de
desconocer al rector Manuel Lara y Parra, el rector José F. Garibay Ávalos, encabeza
junto con los dirigentes del Directorio Estudiantil, una campaña contra el
grupo democrático, contra la naciente planta de investigadores y que termina
con la destrucción de la escuela de Ciencias Físico-Matemáticas. El gobierno de
Díaz Ordaz, manipuló el presupuesto universitario, se negó a incrementar el
subsidio a la UAP y por otro lado, impulsaba la modernización y la
industrialización del estado con grandes inversiones en infraestructura y excenciones
de impuestos.
En este período fueron
asaltadas por el ejército las universidades de Michiacán y Sonora, culminando con la represión al movimiento
estudiantil nacional de 1968, que ocupo las instalaciones de la UNAM, IPN,
Tabasco y otras. A principios de 1968, en Puebla, el enfrentamiento se dió con
el grupo santillanista. Esta etapa fue asesinado lel estudiante de
preparatoria, Marco Antonio Márquez. Junto con el gobernador encabezó a la
iniciativa privatizda para entregarle la Universidad, por medio de una nueva
legislación, que creaba el patronato, quien controlaría el presupuestos y los
bienes muebles e inmuebles de la UAP e imponía cuotas del 50% del costo de sus estudios
a los estudiantes. Esta legislación, también se trató de imponer en la UA de
Sinaloa.
En 1968, A partir del
gobierno de Luis Echeverría álvarez,
se inicia la aplicación de una política hacia la educación superior, para
responder y contrarrestar la influencia del movimiento de 1968 en las
instituciones. Es el período de los movimientos guerrilleros urbanos y
campesinos, del “jueves de corpus”, de la guerra sucia, del encarcelamiento, la
persecución, la tortura y el asesinato de los jóvenes opositores en especial
los universitarios, del combate a la
política educativa, del sindicalismo universitario y de la libertad de los
presos políticos.
El nuevo gobernador desde
1969, Rafael Moreno Valle, apoya a los grupos universitarios que promovieron la
separación de la UAP de las escuelas de Ciudad Universitaria, la fundación de
una nueva universidad y sagresiones del grupo pandillero de “La Saleroza”. Los
enfrentamientos provocaron nuevos asesinatos que culminó nuevamente con la derrota de este grupo y de la
derecha, la mayoría del Consejo Universitario en manos de las fuerzas
democráticas, la renuncia del gobernador y una nueva etapa de transformaciones
universitarias.
En 1972, se desarrollan
cambios importantes en el desarrollo académico y de gobierno universitario,
pero el proceso fue interrumpido, ahora con un enfrentamiento directo con el
gobernador interino. Fueron encarcelados los dirigentes universitarios y
asesinados Joel Arriaga Navarro, Enrique Cabrera Barroso y otros cinco jóvenes
más, el 1 de mayo de 1973. Este enfrentamiento termina con la renuncia del
Gobernador Gonzalo Bautista O’Farril.
Desde entonces se inicia el
proceso de la construcción de la Universidad Democrática, Crítica y Popular y
el pleno ejercicio de la Autonomía Universitaria, con un impulso a la vida académica,
la investigación científica, la extensión universitaria y la difusión cultural,
la profesionalización de la enseñanza, el crecimiento escolar, presupuestario y la fundación de nuevas
escuelas. Esta etapa se desenvuelve con los rectorados del Quim. Sergio Flores
Suárez y el Ing. Luis Rivera Terrazas, hasta el rectorado del maestro Samuel
Malpica Uribe.
El gobierno federal impone
a nivel nacional una política educativa y laboral en las instituciones de
educación superior, de control presupuestario, de disminución de la matrícula,
de regulación de la autonomía y las relaciones laborales, que implican
presiones presupuestarias y afectaron a todas las universidades e iniciaron
mecanismos de presión contra las instituciones democráticas y autónomas. En
Puebla, después de un proceso de disputas internas en la que es electo rector
el Lic. Alfonso Vélez y posteriormente el maestro Samuel Malpica Uribe,
hundieron a la Institución en fuertes problemas de sobrevivencia, que se
resuelven con un golpe al rector Samuel Malpica, la suspensión del subsidio, el
nombramiento de una junta de gobierno, la elección de un nuevo rector, que
recae en el Lic. José Doger Corte. Este,
con el apoyo del gobierno de manauel Bartlett y de los grupos golpistas, introduce
plenamente la política educativa del gobierno federal, encabezada por Carlos
Salinas de Gortari y Manuel Bartlett Díaz, de desalentar a la universidad
pública, reduciendo la matrícula hasta en un 60% y alentando la educación
superior privada. Los rectores, José y Enrique Doger así como Enrique Agüera,
se incorporan a las esferas del poder político del gobierno estatal y
participan como miembros y candidatos del partido oficial. Estos recibieron los más importantes
incrementos de subsidio, con el que desarrollaron obras faraónicas, retornando las
prácticas, de enriquecimiento inexplicable y el tráfico de influencias. Es la
etapa de los rectores empresarios. Durante este período se rehabilitan las
relaciones con el gobierno, los empresarios, la iglesia, que llega hasta
otorgar el doctorado Honoris Causa al arzobispo de Puebla y se recupera el
esquema propios de las universidades privadas, en las figuras del Patronato
universitario y los sorteos universitarios, suprimieron la enseñanza de
ciencias sociales y orientaron la educación para formar empresarios. Se da un
golpe al sindicalismo universitario, creando dos sindicatos con contraros de
protección patronal y sumisos ante la disminución de las prestaciones sociales.
Las autoridades universitarias pasaron a ser adminsitradores de los programas
educativos, sin posibilidades de decidir el gasto universitario. La autonomía
universitaria en las instituciones de educación superior del país se hizo
añicos y la UAP pasó a ser el ejemplo de entreguismo y sumisión, a cambio de
una elevación sustancial de los salarios a la buracracia universitaria. Los
rectores y sus principales funcionarios, en los últimos 15 años, se jubilaron
con su sueldo vigente. Las autoridades gubernamentales estatales, -desde Manuel
Bartlett-, deciden, por su propia cuenta, cuando presiden los actos
unversitarios, en muchos de los los cuales
no participaron, y solo se presentan para la foto, sobre todo en
períodos de campañas electorales.
Durante este período,
fueron doblegadas las universidades con proyectos alternativos y
descolonizadores y sus autoridades sucumbieron, aún aquellas que participaban
en la militancia del Partido Comunista Mexicano. La absorción de este partido
al sistema legal mexicano, implicó a su vez, la doblez de los dirigentes
universitarios institucionales, sindicales y estudiantiles. La democracia y la
autonomía universitaria fue entregada a cambio de una participación electoral,
presupuestos, el fortalecimiento de burocracias universitarias y partidarias,
reformando los reglamentos universitarios por otros que controlaban la dmisión,
promoción y permanencia de los trabajadores, congelaban los bajos salarios y
las plazas de carrera, sometían a los académicos a sistema de evaluación, que
llaman “estímulos” y decidieron desde el Sistema Nacional de Investigadores, el
CONACyT, el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y las bercas par
ala titulación los planes desarrollo y de investigación universitarios,
individualizando la relación entre los académicos y la SEP, federal, dejando a
las autoridades universitarias como representantes del estado y administradores
de los programas federales.
El movimiento estudiantil y
sindical democrático, fue reprimido, sus dirigentes fueron asesinados,
encarcelados y expulsados de las instituciones. Movimientos como el de las
universidades de Zacatecas, Sinaloa, Guerrero, Chapingo, Oaxaca, Nuevo León,
Chihuahua, Michoacán, San Luis Potosí y Puebla, entre otros, fueron dstuidos especialmente por
las propias autoridades que en otro momento fueron sus camaradas, muchos de
ellos hoy en el PRI, el PRD, MC, PNA y hasta en el PAN.
Actualmente, las
universidades públicas en México se desarrollan con base en una política
educativa neoliberal, que desalienta la inversión en instituciones públicas y
promueve la privatización. Considera a la educación como una mercancía,
determinada por el mercado. Por ello, los presupuestos son limitados, decididos
desde el gobierno federal, que restringen el crecimiento de la matrícula y la
contratación de profesores de carrera, el desarrollo institucional; los nuevos
proyectos se deciden en negociaciones de subsidios extraordinarios y por medio
de bolsas con recursos limitados a través de proyectos concursables. presupuestos
limitados, decididos desde el gobierno federal, que restringen el crecimiento
de la matrícula y la contratación de profesores de carrera, el desarrollo
institucional; los nuevos proyectos se deciden en negociaciones de subsidios
extraordinarios y por medio de bolsas con recursos limitados a través de proyectos
concursables. La docencia y la Investigación se desarrollan fuera de los
ámbitos universitarios por medio de concursos nacionales entre los
investigadores, que incluyen a las universidades y empresas privadas, en el Sistema
Nacional de Investigadores y el CONACyT. Con estos mecanismos las universidades
prácticamente han perdido su capacidad de autogobierno para decidir la administración
de sus recursos, el desarrollo de sus instituciones y de su personal. La
autonomía universitria ha quedado solo en un marco referencial para la
denominación de la Instituciones.
Los estudiantes y
trabajadores universitarios, tenemos la gran tarea de recuperar para nosotros a
las instituciones y su autonomía, hoy entregadas por las burocracias
institucionales y sindicales. Tendremos que reiniciar los esfuerzos de los
universitarios desde 1918 y los años 60 y 70, para independizar a nuestras
instituciones de las medidas impositivas del desarrollo académico, de
investigación y presupuestrio, de los gobiernos, en especial el federal.
Nuestra tarea es hacia el interior, recuperando la organización estudiantil, la
democracia y la participación en el gobierno de estudiantes y académicos.