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A 50 años del movimiento de Reforma Universitaria

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13 de junio de 2011

Alfonso Yáñez

El próximo año se cumplirá el quincuagésimo aniversario del movimiento estudiantil conocido como Reforma Universitaria que contribuyó a modificar las relaciones sociales de la entidad poblana que en ese tiempo estaba llena de prejuicios como producto del caciquismo avilacamachista y la ingerencia de la iglesia católica que se oponía a la aplicación de los artículos tercero y 130 constitucionales, además de realizar campañas contra los libros gratuitos. Karol Méndez Polanco, licenciada en historia y becaria del seminario de Movimientos Estudiantiles Mexicanos que se desarrolla en la UNAM escribió un ensayo del cual extremos los párrafos siguientes:
“El movimiento de Reforma Universitaria de 1961 es fundamental para entender el desarrollo de las luchas estudiantiles en Puebla, fue a partir de esta experiencia que los universitarios empezaron a pugnar por reivindicaciones internas, después se extenderían a reclamos sociales. Es en este movimiento cuando se consolidó el joven politizado y conciente. Este proceso preparó a los estudiantes para afrontar sucesos tan significativos como los vividos en 1968. En la Reforma Universitaria se delimitan grupos que se confrontarían a lo largo de toda la década de los sesenta y principios de los setenta”.
“Los tiempos de la Reforma Universitaria , que formalmente iniciaron en mayo de 1961 y finalizaron con la construcción de la universidad crítica, democrática y popular a mediados de los setenta, fueron entendidos por la derecha como el peor momento padecido por la educación superior en Puebla: significaron ( para esa derecha) el avance e instalación del comunismo, la llegada de la agitación, la destrucción del orden social y la instalación de la Revolución Cubana en las aulas del Carolino; en consecuencia la derecha actuó: los empresarios crearon comités coordinadores de la iniciativa privada, el arzobispo Octaviano Márquez y Toriz llamó a concentraciones de desagravio y se terminó, en 1973, por fundar una nueva universidad a su gusto”.
“Para los jóvenes universitarios identificados con la derecha la instalación del comunismo en la Universidad Autónoma de Puebla (uap) se debió a la alianza entre las logias masónicas y el pequeño grupo comunista, una alianza que lo mismo respondió al pragmatismo, a las ambiciones políticas mas que a la simpatía y admiración de la ideología marxista de la revolución bolchevique, por parte de los masones. El comunismo era real, tenía nombres y apellidos, y lo peor de todo, intenciones ocultas, con un primer objetivo: capturar la universidad y desde ahí crear un clima revolucionario que se expandiera por todo México, según diversos desplegados periodísticos”.

“La Reforma Universitaria también encontró oposición en la jerarquía local, el arzobispo Octaviano Márquez y Toriz publicó, en mayo de 1961, su xv Carta Pastoral sobre el comunismo, en donde si bien no se ataca de manera directa las acciones de los universitarios, sí deja muy claro el peligro del sistema filosófico y político del marxismo al destruir la personalidad humana, el orden espiritual y moral, la libertad y toda convivencia civilizada. Recuérdese que uno de los grupos de estudiantes que se encontraban en pugna era clasificado como comunista”.
“Consecuente con lo anterior, el 4 de junio de 1961, el Comité Coordinador de la Iniciativa Privada y el arzobispo de Puebla entraron en acción al presidir a una concentración de más de 100 mil personas, en el atrio de la catedral para mostrar el verdadero credo y sentir del pueblo. Por su parte, el obispo auxiliar de la arquidiócesis poblana, Emilio Abascal y Salmerón, declaró que la fe y la libertad se encontraban en juego, alentó a los jóvenes universitarios católicos a realizar la concentración y a defender con valentía sus valores”.
“El objetivo de la concentración fue, según los reportes de la época, mostrar a una Puebla católica y situada al lado de la jerarquía, atacada y vejada por falsos católicos. Se insistió en el carácter positivo y constructivo de la magna concentración, por no buscar atacar a nadie ni a nada. Según las declaraciones de la jerarquía eclesiástica, la manifestación fue organizada por un grupo de seglares en respuesta a la Carta Pastoral , faltó aclarar que esos grupos de seglares eran controlados por el arzobispo”.
“Cien mil personas se reunieron ese domingo, hicieron oración por la paz y la justicia social, en un programa reducido a algunas oraciones, cánticos religiosos y prédicas de ciertos sacerdotes, la concentración representó uno de los mayores actos de intimidación hacía el gobierno, la sociedad progresista y una demostración pública de poder. Ante la sentencia de quién no está conmigo está contra mí, la jerarquía eclesiástica poblana y los representantes de la Acción Católica empezaron su acto, se cantó el himno guadalupano y el obispo auxiliar Emilio Abascal pronunció oración por la paz y la justicia social, elevó plegarias para rogar por la familia, la iglesia, la patria, las naciones, por los perseguidos y amenazados por doctrinas disolventes como el comunismo”.
Este de hacer notar que el movimiento de Reforma Universitaria de Puebla, tema de la becaria Karol Méndez Polanco, motivó la opinión de los más brillantes intelectuales mexicanos, Gastón García Cantú, Carlos Monsivais, Carlos Fuentes, este último en la revista Política escribió: “¿Qué hay detrás de los hechos? (...) Indudablemente el ensayo general de la derecha mexicana, destinado a medir la cantidad del poder de sus propias fuerzas contra las de los movimientos liberal y progresista y, aún, contra las del gobierno”.
Se ha traído a colación el tema de la Reforma Universitaria en Puebla con el propósito de que este gran movimiento no sea olvidado, como sucedió con los hechos sangrientos del 7 de julio de 1910, cuando estudiantes maderistas del Colegio del Estado, hoy Buap, fueron reprimidos en la Plazuela de san José por Mucio P. Martínez, gobernador y testaferro del Porfirio Díaz.

e-mail; yanez001@yahoo.com.mx

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