La Historia de esos días

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2 de septiembre de 2009

El recuerdo en vida de Judith García, viuda de Joel Arriaga, en La historia de esos días.

La actriz Claudia Vélez / Foto Abraham Paredes
Miércoles, 2 de septiembre de 2009 La Jornada de Oriente - Puebla - Cultura
El recuerdo en vida de Judith García, viuda de Joel Arriaga, en La historia de esos días.
ALONSO FRAGUA
Los proyectos audiovisuales poblanos tienden a lo abstracto y a la cursilería en lugar de abordar temas concretos que ayuden a recoger la memoria social, según opina la actriz Claudia Vélez, quien interpreta a Judith García, viuda del activista universitario Joel Arriaga Navarro, en el largometraje La historia de esos días, de Luis Ortega (La Jornada de Oriente, 1 de julio de 2009).
“Yo me quejo de que los cineastas en Puebla siempre hacen cine para dedicárselo a su novia o su abuelita; o cosas muy experimentales y abstractas que la gente no entiende. Siento que hace falta darle cosas al público que les provoque algo. Creo que La historia de esos días es un proyecto que queremos que mueva causas, que ocasione algo en la gente; que les cambie la vida y la forma de pensar, aunque sea por un segundo”.
“Además me parece que no hay que dejar que historias como la de Joel Arriaga y los Carolinos mueran. Luis (el director) siempre dice que no sabe qué le sorprende más, si la forma en que asesinaron a Arria ga o lo rápido que la gente lo olvidó. Todas estas muertes y luchadores siguen pasando y nada cambia; la gente sigue sentada, viendo la televisión. Me sorprende por ejemplo este acto masivo con la gente bailando como Michael Jackson –digo, qué bueno– pero no se reúnen para otras cosas más importantes y trascendentes”.
Vélez, quien cuenta con 10 años de experiencia en teatro y proyectos audiovisuales, conoce sobre Judith García y Joel Arriaga desde hace varios años, pero no fue hasta el inicio de 2009 –a raíz de este proyecto– que tuvo la oportunidad de platicar con García. Mientras el equipo de producción la entrevistaba, la actriz escuchaba anécdotas sobre el que sería su personaje y su relación con su esposo. Asimismo tuvo acceso a fotografías y hasta una carta de David Alfaros Siqueiros dirigida a Arriaga.
“Judith es una mujer muy fuerte. Yo pensé que cuando nos contara el momento del asesinato de Joel iba a ser un mar de lágrimas, pero no, ya no llora. Incluso se me quedó muy grabada una frase que dijo: ‘Yo ya lloro por la nariz, porque ya no tengo lágrimas para esto’”.
Con tanta información y con la responsabilidad de interpretar a una persona viva y tan significativa para la historia de Puebla, Vélez temía perderse en los datos y no poder entrar a la piel del personaje. Por un lado, debía contener todas las emociones como la propia Judith hizo durante los momentos más difíciles. Por otro, sin embargo, toda esa carga contenida tenía que salir a través de los ojos y reflejarla al público.
Antes del asesinato de su esposo, en julio de 1972, Judith era apolítica y no mostraba interés por las causas de su esposo. Una vez viuda, dice la actriz, de cierta manera tomó el lugar de Arriaga y empezó a involucrarse en sus asuntos, demostrando gran fortaleza.
El temple de Judith García empezó a forjarse desde los tiempos en que su marido fue encarcelado en el Palacio Negro de Lecumberri. Durante esos cuatro años, tuvo que hacerse cargo de sus tres hijas y uno de los trabajos que realizó fue vender enciclopedias y otros libros un tanto más raros.
“Joel era compañero de José Revueltas y éste le dijo en una ocasión a Judith, ‘oye, véndeme este libro junto con las enciclopedias’. Como a ella le gustaba leer, le contestó, ‘pues déjame leerlo y a ver qué opino’. Entonces le gustó y decidió venderlo. Era El Apando, y ella estuvo vendiendo ejemplares de él junto con las enciclopedias que ofrecía”.
La historia de esos días concluyó en julio su primera etapa de producción y espera iniciar en breve la segunda y última. En ésta, Luis Ortega y su equipo seguirán recreando los momentos más relevantes de la lucha entre Carolinos y Fúas, ocurridos entre 1961 y 1974. Estos serán mezclados con los testimonios reales de cerca de 20 involucrados en estos hechos, tanto de uno como otro bando, aunque siempre con una visión “netamente carolina”, aclara el director.

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