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_____________________________________________________Milenio Puebla
• ¿Y los perredistas asesinados?
Indicador Político
Carlos Ramírez
2010-07-13•Política
Recomendarvotar ahoraLa política es un juego de perversidades. La estrategia de Manuel Camacho con el PRD para imponer a Marcelo Ebrard como candidato presidencial en el 2012 se basa en las alianzas para ocultar las siglas del PRD. Ebrard y Camacho fueron estrategas de Carlos Salinas y en su sexenio asesinaron a más de 500 perredistas y saben que un salinista como candidato del PRD sería un insulto a la memoria de los militantes caídos. Por eso es que Ebrard busca ocultar el escudo del PRD en la posible alianza. Si lanza a Ebrard como candidato, entonces el PRD habrá perdido memoria y autoridad moral, política y ética. Como altos funcionarios del gobierno de Salinas, Ebrard y Camacho nada, pero absolutamente nada, hicieron para evitar la persecución y represión de perredistas.
Una cosa es que Camacho, como lo hizo hace dieciséis años con el subcomandante Marcos y el EZLN, haya chamaqueado a los perredistas para lograr alianzas con el mismo PAN que entronizó a Carlos Salinas en 1988, y otra muy diferente que el PRD tenga en el 2012 nada menos que al hijo político del principal arquitecto del proyecto salinista transexenal –con todo y la violencia– y que ese priista sea hoy el estratega de las alianzas que han llevado al PRD a perder su identidad como partido progresista. Lo más sorprendente es que ahora el líder de la izquierda mexicana sea el salinista Manuel Camacho, y que Ebrard se presente como el principal candidato de la izquierda. Lo serio es señalar que el PRD no es el partido de la izquierda, que la izquierda sólo puede tener como bandera ideológica el marxismo del Partido Comunista Mexicano y que el (ex) priista Andrés Manuel López Obrador le dio al PRD la definición neopopulista priista.
El PRD perdió perfil ideológico con López Obrador. La propuesta de campaña de López Obrador en el 2006 fue una copia del programa neoliberal-populista de Miguel de la Madrid de 1982 preparado nada menos que por Carlos Salinas, Manuel Camacho y Joseph-Marie Córdoba Montoya. Por eso López Obrador llevó al PRD a un pacto lombardista con el PRI de Zedillo. Se trató del lombardismo de Vicente Lombardo Toledano de su última etapa ideológica, ya subsumido en el priismo sin escrúpulos, como lo desmenuzó desde 1958 el marxista José Revueltas en su ensayo México: una democracia bárbara.
El PRD nació de la fusión de dos grupos ideológicos: la Corriente Democrática antisalinista de Cuauhtémoc Cárdenas, y el Partido Comunista Mexicano de filiación marxista. Pero ya en la práctica, el PRD se quedó como una especie de partido priista progresista, más a la derecha neopopulista que a la izquierda socialista. Ebrard como candidato del PRD a jefe de gobierno capitalino consolidó la fracción salinista en el partido.
Y de ser así, ¿cómo le hará el PRD para entregar cuentas a los más de 500 perredistas asesinados durante el salinismo, cuando Manuel Camacho y Marcelo Ebrard eran los colaboradores del primer círculo político de Salinas? Y no se debe olvidar que los primeros asesinados en el escenario de entronización autoritaria del salinismo fueron los asesores electorales de Cuauhtémoc Cárdenas en el Frente Democrático Nacional, Francisco Javier Ovando y Román Gil. Y Camacho y Ebrard fueron los principales operadores políticos de Carlos Salinas para tapar el fraude y poner a Salinas en Los Pinos.
De ahí que el principal problema del PRD en el 2012 no es López Obrador, sino otro más grave: ¿un salinista va a representar al PRD que Salinas y los salinistas combatieron criminalmente en el periodo 1988-1994? Camacho y Ebrard se alejaron de Carlos Salinas no por congruencia ideológica, sino porque no les regaló la candidatura presidencial.
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