Noé Peñaloza tiene a la población de Texmelucan al borde de la desesperación

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La Jornada de Oriente
CUITLATLÁN
FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA
El incomodo edil de San Martín Texmelucan, Noé Peñaloza Hernández, sigue dando mucho de qué hablar, y no le amedrenta tener a casi todos los actores políticos y sociales de su municipio en su contra. Como parte de su controvertida forma de ser, el alcalde está destinando el grueso de los recursos materiales y humanos de su gobierno a la construcción de una gigantesca unidad deportiva, de 20 hectáreas, que tendrá tres albercas, una olímpica y otra de olas, pese a que el clamor ciudadano es que se tapen los miles de baches que tienen las principales calles y avenidas de la cabecera.
Peñaloza ya casi no asiste al Palacio Municipal; únicamente se le ve en las noches, cuando se presenta a firmar documentos y autorizar el gasto en diversos rubros. Quienes lo conocen dicen que se le ve relejado, ajeno a los problemas del municipio, y pese a las múltiples dificultades que enfrentó en los últimos tres años, no parece comprender la gravedad de su errático gobierno.
El político ex priista y miembro de Nueva Alianza, pero que es repudiado por los miembros de su propio partido, enfrenta problemas de comprobación de gastos del primer año de su gobierno por unos 87 millones de pesos. Y por el segundo, por una cantidad superior, luego de que su ex auditor externo, Jorge Plaza y González, le encontró observaciones por 300 millones de pesos.
Al final, las dirigencias local y nacional de Nueva Alianza se cansaron de corregir al gobierno de Peñaloza y lo acabaron abandonando a su suerte. Uno de sus principales protectores era el diputado aliancista Gustavo Espinosa, que de manera sorpresiva no defendió al alcalde en el Congreso cuando le fincaron pliegos de cargo correspondiente a su primera cuenta pública.
Actualmente Peñaloza solamente tiene como aliado al dirigente de vendedores ambulantes Manuel Valencia, quien siempre que existe una protesta contra el edil manda a grupos de golpeadores a amedrentar a los quejosos.
A cambio de ello, Peñaloza permite que Valencia, de manera impune, imponga la “ley de la selva” en el gigantesco tianguis que se instala todos los martes en San Martín Texmelucan, en donde prevalecen los enfrentamientos violentos en la disputa de espacios de venta.
El edil de San Martín está rodeado, en su mayor parte, por funcionarios que son ajenos a los grupos políticos del municipio. Pero ni a ellos les hace caso. A pesar de que tiene el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) pisándole los talones, resulta que su principal obra pública, la unidad deportiva que está pronto a inaugurar, primero la empezó a construir y luego emitió el concurso de licitación.
Las obras de la gigantesca instalación deportiva iniciaron bajo un contrato con una empresa privada, y dos meses después de que inició la construcción, en los diarios Puntual y El Sol de Puebla, publicó las bases para hacer la licitación del proyecto. Eso sin duda alguna que le acabará de acrecentar los pliegos de observaciones y de cargos que enfrenta con el OFS.
Por si fuera poco, hace cuatro meses surgió el escándalo de que gente cercana al alcalde anduvo diciendo que todo estaba arreglado con el Órgano de Fiscalización Superior, que se había sobornado a un auditor de ese órgano. Se dice que en cuanto esa versión llegó a oídos de los altos directivos del Órgano Superior de Fiscalización, se mandó a cambiar al personal que tiene a su cargo la revisión del ayuntamiento de San Martín Texmelucan, como una manera de demostrarle al presidente municipal que no tiene arreglados sus pendientes con el Congreso.
Pero eso no le preocupa a Peñaloza; en los últimos días se ha encargado de difundir que a la inauguración de su mega–unidad deportiva acudieran de invitados el gobernador electo de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, y el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, como una muestra de que no tiene problemas con nadie. ¿Será?
Lo cierto es que mucha gente en San Martín Texmelucan no se acaba de resignar del desastre que ha provocado Peñaloza, y está cansada de lo que ocurre.
Mientras el alcalde se ha obsesionado con su mega–centro de recreo, no da mantenimiento a otras dos unidades deportivas del municipio. Existe una unidad deportiva llamada Ángeles Blancos, que a lo largo del trienio no recibió una sola acción de remodelación. Y al auditorio Rosendo Vázquez le faltan láminas en el techo, está dañada la duela y le faltan muchos de los asientos en las gradas.
Por un lado se ha esmerado el alcalde en que San Martín tenga una alberca con olas y por otro, la mayoría de los camiones recolectores de desechos no funcionan. Algunas de las unidades están paradas porque están descompuestas. Y otras no circulan porque no siempre hay presupuesto para gasolina.
La nueva obra del edil tendrá iluminación nocturna; sin embargo, los bulevares San Cristóbal y Villa Alta se han quedado sin alumbrado, ya que están descompuestas las lámparas en forma de dragón que mandó colocar el alcalde al inicio de su gobierno.
Hasta ahora los tres únicos beneficiarios de la administración de Peñaloza son:
Las constructoras que han hecho costosas obras, que el final no siempre funcionan.
Manuel Valencia, el líder de vendedores ambulantes, quien goza de impunidad y dicen que ha podido beneficiarse económicamente por la protección que da al alcalde.
Y en tercer lugar el Partido Revolucionario Institucional (PRI), instituto que en San Martín Texmelucan obtuvo su mejor resultado electoral el pasado 4 de julio, luego de perder la gubernatura y en los principales municipios del estado.
Al final, el PRI tuvo como principal activo o promotor a Noé Peñaloza, pues el descrédito del actual gobierno llevó a que la coalición Compromiso por Puebla perdiera, al obtener 9 mil votos en contra de los 17 mil del tricolor.
Pese a la derrota de la coalición formada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Nueva Alianza (Panal) en San Martín Texmelucan, Noé Peñaloza sigue sin dar muestras de que comprenda los problemas en que está metido.